Tengo miedo, pues los poderes de Marcia son inmensos. Aunque no haya tierra su fuerza no disminuye ni un poco. Además, sólo se trata de un clon y, aun así, parece poseer el mismo poder de mi amiga.
Veo al enemigo unos cuantos segundos, antes de que me ataque. Súbitamente ella salta hacia mí mientras balancea el hacha de luz horizontalmente en dirección a mi cadera. Esquivo su ataque al dejar caer mi cuerpo al suelo.
Giro hacia la derecha para quedar boca abajo. Luego pongo mis manos en el suelo y dirijo una patada hacia el rostro del clon, quien se ha acercado demasiado a mí. La agresión da en el blanco y manda lejos a Marcia, ella y su arma son separadas al caer en el suelo.
Inmediatamente me reincorporo y empuño mi espada para agredir a mi enemigo, pero aquella levanta la cabeza cuando me escucha y hace que salgan hiedras del suelo para sujetarme. Reacciono rápido y corto algunas, mientras salto hacia atrás, no obstante, más vainas surgen del piso y me siguen.
La cantidad de plantas es increíble, pues la forma en la que éstas crecen es alucinante, no recordaba que Marcia fuera tan habilidosa. Las plantas de mi amiga comúnmente tardaban un minuto en crecer y éstas parecen hacerlo a un ritmo totalmente descomunal, inclusive para tratarse de magia. Marcia mejoró su técnica, o al menos, el clon lo ha hecho.
Aunque las vainas me siguen e intentan golpearme tal cuales látigos con espinas, yo logro defenderme al usar mi espada. Después transformo mi arma en arco, creo una flecha de fuego púrpura y la disparo hacia Marcia. Ésta pasa entre una brecha de sus plantas para acercarse al clon.
Desgraciadamente mi enemigo se levanta para evadir el proyectil, se lanza a la derecha y evita sin problemas el ataque. Después extiende su mano hacia su arma, aquella reacciona de una forma extraña, ya que empieza a vibrar. De repente la lanza invoca raíces que brotan cerca de ella, la toman y posteriormente arrojan hacia su usuario. Marcia la sujeta con facilidad sin siquiera verla.
A la par que esto sucede, yo me acerco al clon después de transformar mi arma en espada, abriéndome camino entre hiedras y espinas. Una vez a poca distancia una de la otra, trato de apuñalar a Marcia. Ella, sin dejar de verme, pudo intervenir con su propia herramienta de combate, lo que consiguió pararme. Luego da una vuelta rápida para hacerme retroceder, mientras me golpea con la lanza en el rostro. Esto me empuja pasos atrás, pero con mis pies freno mi cuerpo y me pongo en postura de combate.
Sin pensarlo, el clon viene a toda velocidad con su hacha lista. Para evitar su asalto, brinco y consigo caer detrás de ella. Sin girar para ver a mi enemigo, doy un paso hacia atrás para quedar espalda con espalda. Giro la empuñadura de mi espada para que la hoja apunte hacia mi costado y la empujo con fuerza en un intento de apuñalar a Marcia. Sin voltear ella logra colocar su arma entre mi sable y su espalda, lo que bloquea mi ataque por completo.
Después de esto Marcia levanta su pierna para tratar de golpearme, mas corro hacia delante al creer que eso puede darme espacio. Desafortunadamente mi enemigo se da una media vuelta con suma agilidad para atacarme con su lanza. Predigo la agresión, me deslizo en el suelo al doblar mis rodillas y arrojar mi cuerpo hacia atrás por lo que evito el ataque.
Ya debajo me reincorporo, salto hacia Marcia e introduzco mi pierna derecha entre las suyas, luego deslizo mi extremidad inferior hacia mí y hago que mi enemigo tropiece. Aprovecho la caída para posicionarme mejor y golpear con mi codo el estómago del clon al estrellarlo contra el suelo.
El impacto es bastante fuerte. Mi corazón late muy rápido ya que la batalla se está extendiendo mucho y nuestras fuerzas comienzan a agotarse. Puedo ver en la cara del clon de Marcia la fatiga y el cansancio generado por el daño que le he hecho, pero yo estoy peor. Me encuentro casi a punto de desmayarme. Empiezo a ver borroso y siento que mis movimientos son ya automáticos.
El clon me ve a los ojos y observa mi inevitable tristeza, a la par que invoca raíces para atacarme. Reacciono ante esto y retrocedo, esquivo el ataque y lanzo flechas al clon. Las raíces defienden muy bien a Marcia al destruir las flechas en el aire fácilmente.
El clon se pone de pie y trata de cortarme con su hacha de manera vertical. Por mi parte, coloco mi espada hacia ella y espero su movimiento. El clon usa todas sus fuerzas y da un golpe tremendo contra el suelo que despliega ondas de energía verdosa.
Salto para evitar el despliegue de poder, sin embargo, mi enemigo se adelanta, pues ya está frente a mí, esperándome. Ella intenta golpear mi cabeza con la lanza, así que yo me cubro de ello con mi arco. Rápido arrojo una flecha que rosa el rostro del clon, aprovecho su sorpresa y regreso a tener mi espada con la que corto el hombro derecho de mi enemigo.
Marcia está sin duda sorprendida, aún más cuando doy una vuelta para patear su rostro. Momentos después caemos al suelo desparramadas. Aprovecho la precipitación y me coloco por encima de mi oponente, puesta de rodillas sobre su espalda al impactar el suelo. Piso la mano del clon para que suelte su arma y yo tomarla. Me pongo de pie y retrocedo, no obstante, siento una terrible punzada en mi mano, lo que provoca que suelte la lanza por reflejo. Volteo al suelo y veo que la lanza tiene espinas, es como si se hubiera defendido.
Tengo en cuenta que pronto la lanza regresará a Marcia, por lo que disparo una flecha hacia el clon. Mi enemigo hábilmente detiene el proyectil púrpura usando sólo su mano, sujetándolo en el trayecto. Aun así, ella se lastima un poco, pues el proyectil le estalla al sujetarlo. El enemigo se levanta lentamente, y de la misma manera que antes, recupera su arma. Me ve, poniendo el hacha de luz frente a mí. Yo también tomo mi posición y apunto a mi arma a este poderoso rival.
Me preparo para recibirla. Los ojos del clon están fijos en mí, ni siquiera parpadea. A pesar de todo el daño que le he hecho, ella sigue de pie como si nada.
El ambiente está tenso, nuestros ataques han sido efectivos y estamos agotadas. Yo siento que mi corazón está a punto de estallar. Es tanta la presión y no he tenido un segundo de descanso. En cambio, mi enemigo aún se ve fresco, aunque algo lastimado.
«Tengo la impresión de que éste será nuestro último golpe, una de las dos va a tomar la ventaja del siguiente ataque y éste mismo concluirá con la victoria».
Por lo tanto, aprieto mi espada con ambas manos y frunzo el ceño mientras veo a Marcia, cuyos ojos continúan posados en mí. El estruendo de nuestras almas choca en un sinfín de ecos que resuenan en el cuarto de esta torre. Cada segundo que pasa parece eterno. Llegan a mí pensamientos de cómo podría terminar esto. Tengo tanto miedo de perder tan pronto, mas no pienso rendirme aún.
Sin previo aviso, el clon salta y pega un grito. Hago lo mismo, casi a la par de ella.
Al estar frente a frente en el aire nuestras armas chocan, y con ellas unidas caemos al piso de pie. Yo me agacho, doy un giro por debajo del arma del enemigo y hago un corte diagonal desde su pierna izquierda hasta su hombro derecho con el impulso que me proporcionó mi movimiento. El clon intenta defenderse, pero creo una flecha y con mi mano libre detengo su ataque al clavar este proyectil en su brazo más cercano, lo que consigue atravesarlo.
El corte es ejecutado. Di el golpe de gracia.
—Gracias… Siempre tu pasión será la clave de tus victorias. —La voz de Marcia surge del clon.
Esas palabras me trajeron un aire de añoranza peligroso, uno que me revivió recuerdos muy preciosos que compartí con mi amiga. Recuerdo perfectamente haber platicado con ella en un hermoso jardín repleto de numerosos tulipanes que se perdían entre las altas murallas de un castillo. Yo estaba sola, pero Marcia llegó caminando por una pequeña vereda de piedra hasta conseguir colocarse al lado mío para tenderme su mano y su amistad que fue bien recibida.
—Marcia, lo siento. —Lágrimas brotan de mí sin poder detenerlas, al igual que sentimientos de culpa salen de mi boca. La herida del clon se enciende en llamas azules y, después de eso, todo su cuerpo es consumido.
De las llamas brota un brazalete de oro. Aquel posee un gravado en una lengua que desconozco. Al igual que el carcaj al sostener el objeto me revela los últimos recuerdos de Marcia, unos que no deseaba ver.
En ellos noto como ella venía buscando algo en la torre, el momento que dejó atrás la planta que enfrenté al darse cuenta que el piromante azul estaba cerca y como al final lo encontró, arrebatándole éste la vida sin piedad, igual que a Anne.